sábado, 23 de julio de 2011

Capitulo 4

Diario de Alberto Martínez
18 de septiembre 2010, de fiesta

¡¡SÁBADO!! No puedo creer que nada más llevemos unos días de instituto y ya desee tanto un fin de semana… Hoy ha sido la “fiesta de bienvenida al nuevo curso”, pero me río yo de eso. En realidad es tan solo una excusa para hacer un fiestón inolvidable con la gente de clase. Hemos ido al campo de un amigo, que tiene piscina, y hemos estado desde después de comer hasta hace un rato (son las 5.30 de la mañana). Ha sido tremendo, me lo he pasado como hacía mucho tiempo que no lo hacía… Y las risas han sido incontables. Un grupo ha hecho botellón antes de entrar a lo que es la fiesta en sí y verlos nadar en la piscina es un hecho que todo el mundo debería ver.
Por suerte la chica esta nueva, Ana, no ha venido. Seguro que nadie le ha avisado. El lunes le diré algo en clase para que se muera de envidia y vea que allí no pinta nada…

Diario de Ana Ribelles
18 de septiembre 2010, en casa

Las chicas no me han cogido el teléfono, y el móvil de Sergio estaba apagado o fuera de cobertura. ¿No es increíble? Mis padres dicen que haga algo por integrarme, que siempre estoy igual… Pero es que de esta manera es un poco imposible, ¿no? Vale que en clase sea la rara, pero yo fuera de los estudios me considero extrovertida… Una chica con bastante buen humor. Pero ¿por qué nadie se atreve a conocerme mejor? ¿Por qué huyen de mi?
Son las 22.30 y ya estoy tirada en la cama, escribiendo esto y con el libro de “La emperatriz de los etéreos” a mi lado para seguir leyendo.
Mi vida se ha dado la vuelta. Mis padres son los que me obligan a salir y yo la que prefiere estar a las 22.30 en la cama. Espero que esto solo sea, como máximo, el primer trimestre. Que solo sea un pequeño período de adaptación. Ah, y también espero que Alberto deje de mirarme mal… Que al menos acepte apuntes míos. ¡Quiero dejar de ser la peste!


martes, 19 de julio de 2011

Capitulo 3

Diario de Alberto Martínez.
17 de septiembre 2010, en el instituto.

Por fin viernes. Hoy el día ha transcurrido con normalidad, me he llevado todos los libros excepto el de matemáticas y mi compañera se ha dignado a compartirlo durante toda la clase. Claro, obviamente después de este acto de compañerismo han venido risas varias por parte de todos los chicos de la clase, excepto por parte de Sergio. Sergio es uno de los dos gemelos que han entrado nuevos este año, también parece bastante estudioso… Pero es un tío enrollado. Creo que se trae algún rollo raro con Ana, pero no me importa…
En el recreo he visto como iban juntos hacia la cantina… Pero solo ha sido de pasada, yo estaba con mis colegas riéndome de su modelito de hoy.
Esta tarde he estado hablando con Javier, un chico al que llaman Tero y que se dedica al rap. Me han dicho que mi voz es prometedora y que me atreva a grabar una maqueta con él… Pero tengo que pensármelo, hasta el lunes no le tengo que dar respuesta.

Diario de Ana Ribelles.
17 de septiembre de 2010, en el instituto.

¿Adivináis quien me ha regalado una camisa de flores que parece del siglo pasado? Sí, mi abuela. Y a ver quién es la valiente que no se la pone… Parecía una antigualla andando por en medio del instituto…
Para colmo a Alberto se le ha olvidado el libro de matemáticas y él me ha preguntado si lo compartía, sus primeras palabras simpáticas hacia mí. Obviamente he accedido y medio libro mío ha estado en su mesa durante esa hora.
Las chicas de mi clase tenían reunión hoy en el recreo, sobre un intercambio o no sé… Mi madre no me dejaría. El caso es que Sergio, uno los gemelos que también ha entrado nuevo este año, me ha acompañado a la cantina. Es el único chico que se porta simpático conmigo… El resto creo que ha estado riéndose de mi conjunto…
Aunque si tengo que decir la verdad, Alberto no se estaba riendo cuando lo he mirado… A lo mejor es solo lo que quiero que pase…
Mañana volveré a escribir en el diario, pero creo que sin novedades… Nadie de clase tiene mi móvil y hoy no he hecho planes, así que no saldré… ¡Ojalá estuviera en Barcelona como el año pasado!

Capitulo 2

Diario de Alberto Martínez.
16 de septiembre 2010, en el instituto.

Siempre he sido un chico con principios, un chico que no le importa lo que tiene alrededor, que tiene su propia personalidad y que nada en el mundo puede cambiarlo. Pero el día de hoy ha sido bastante diferente.
La profesora ha hecho cambios en clase y he pasado de estar en última fila a estar en la primera, y acompañado. Encima de la chica esa tan rara… Sí, la nueva. Ana.
La mañana se me ha hecho eterna, creo que un par de veces me ha dicho algo pero yo me he limitado a estar con el mp3 escuchando Nach y más grupos de rap. No me interesaba en absoluto cualquier cosa que ella me pudiera decir… Aunque hubiera estado bien que se ofreciera para compartir los libros… Qué estúpida. ¿Por qué a mí? ¿Por qué este año que me había propuesto ser popular? Espero que pronto empiece a odiarme y me libre de ella…

Diario de Ana Ribelles.
16 de septiembre 2010, en el instituto.

¿Qué me pongo de ropa? ¿Habrá que llevarse los libros? ¿Tendré que coger el autobús con el chico ese otra vez? ¿Coincidiremos en clase?
Todo es una duda en mi cabeza, el chico ese realmente me ha llamado la atención. Mientras yo creía que él no era nada nuevo y que no me importaba, mírame aquí preguntándome estupideces por su culpa.
Al final me he decidido por unos shorts vaqueros y una camiseta básica de color negro, con las converse a juego. Y sí que he cogido los libros, por si acaso.
En clase han cambiado de clase a la mayoría de gente de sitio y yo, no sé si por suerte o por desgracia,  me he sentado al lado de… Alberto, creo. Pero tras varios intentos de iniciar conversación fallidos, he desistido. Me ha ignorado durante toda la mañana, sólo se ha dedicado a escuchar música en su mp3 pasado de moda. Yo ni siquiera me he ofrecido a compartir los libros, por si se sentía molesto… No sé ni cómo comportarme, que curso más raro que me espera…

lunes, 18 de julio de 2011

Capitulo 1

Diario de Alberto Martínez.
15 de septiembre 2010, en el instituto.

Esta mañana se ha acabado la buena vida, esta mañana ha vuelto a empezar la rutina, esta mañana había instituto. 
Durante toda la mañana he tenido que soportar que los profesores nos repitieran una y otra vez que el bachiller no es una broma, que es una enseñanza voluntaria de la cual depende nuestro futuro. He tenido que aguantar presentaciones, miles de besos en todos lados y gente que se viste de forma extravagante solo por llamar la atención. Los compañeros prácticamente no han cambiado. En mi clase, 1º bachiller A (ciencias y tecnología) tan solo hay tres personas nuevas: un chico llamado Adrián y su hermano Sergio; y una chavala que se llama Ana a la que creo que voy a odiar de por vida, pues no paraba de tomar nota. Cuando la he visto no he podido evitar pensar: "¡Es empollona fijo!, y no creo que falle en mi predicción.

Aunque ha sido el primer día el horario ha sido intenso: de 8 a 3. Y cuando por fin se terminó el suplicio y me senté en el autobús que me llevaba a casa, ¿sabéis quién se ha sentado a mi lado? Sí, ella... Maldito destino.

Diario de Ana Ribelles
15 de septiembre 2010, en el instituto.

Hoy he empezado las clases en mi nuevo instituto, ahora estamos en Elche, una ciudad de Alicante. Papá no para de cambiar de trabajo y eso impide que yo haga amistades de esas de toda la vida, pero esta vez me ha prometido quedarnos aquí para siempre... Aunque eso ya lo hizo el año pasado.

Ha sido bastante agobiante hasta que encontré mi clase de 1º bachiller A (ciencias y tecnología), pues la gente estaba eufórica y no paraba de correr, gritar, y dar dos besos a todo el mundo. Una vez allí me he sentado en primera fila y he sacado apuntes para no perderme ni un solo dato, para apuntarlo todo. Como acostumbro a hacer. A la hora de las presentaciones, yo era una de las tres personas nuevas y he notado cierta tensión con la gente de allí de toda la vida. Sobretodo con un chico que me miraba con cara de odio, como si pensara que soy una empollona... Y en realidad, solo intento no perderme.

Después del largo día en aquel horrible instituto no me ha quedado más remedio que coger el autobús, pues andando no sé llegar y mi padre trabaja... ¿Y sabéis cuál era el único hueco libre? Sí, al lado de aquel tipo que me miro tremendamente mal...